Zach King

En la etapa de hoy un universo de opciones para llevar a cabo negocios se abre frente nosotros, y debe ver con el planeta digital. Actualmente, algún persona con una conexión a internet puede hacer contenidos que alcancen enormes audiencias y que, con una inversión mínima ­–pero mucha imaginación– se traduzcan en ganancias.

Sin embargo, esta pluralización además impone un reto más grande. En un ámbito sobrepasado por los sms, las imágenes y los sonidos, ¿cómo tenemos la posibilidad de crear contenidos importantes y atractivos? ¿Cómo evadir que nuestros mensajes se pierdan en el mar de la información digital?

Zach King se ve tener la respuesta a esta interrogante. Con 25 años, el llamado “Mago de los Vines” consiguió lo que hace unos cuantos años era impensable: enganchar a los espectadores con historias contadas en menos de 10 segundos.

¿Cuál fué su misterio para transformar estos microvideos en un fenómeno viral? ¿Cómo transformó su hábito en un negocio fructífero? En reportaje con Entrepreneur, el emprendedor y genio tecnológico comparte su singular historia.

La magia del storytelling

Con asistencia de sus hermanas, King empezó a llevar a cabo videos desde muy reducido. No obstante, fue cuando entró a la carrera de cine y conoció a Erin, quien se transformó en su mejor amigo, que comenzó a hacerlos de manera más profesional. Hace siete años desarrolló el canal de YouTube FinalCutKing, en el cual subía manuales sobre una utilidad de edición digital y compartía videos breves y entretenidos. Uno de estos videos, JediKittens, consiguió bastante más de 11 millones de visitas.

Hace dos años, se percató de que sus amigos veían videos cortos –los conocidos vines– en todo momento. “No veían programas en la tele, pasaban su momento de libertad riendo con estos videos. Estaban en el baño, y sus carcajadas se escuchaban por medio de la puerta”, comparte. Sin pensarlo bastante, se montó en la ola y empezó a grabar sus propios clips. “Los hacía por divertirme y para compartirlos con mis amigos”.

Los vines de Zach convierten ocasiones diarias en situaciones mágicas, como sacadas de una película de fantasía –personajes que atraviesan las puertas del metro, un turista que mete la Torre Eiffel en su bolsillo, un billete que se transforma en una montaña de dinero…–.

King se ha propuesto hacer un video por día en el transcurso de un mes. En el final de éste, ya poseía bastante más de 150 mil seguidores en su cuenta. Actualmente, éste es su trabajo de tiempo terminado, el que le ha atraído reconocimiento en todo el mundo (y varios cientos de USD en su cuenta de banco).

Su infinita cantidad de seguidores (3.4 millones) dan cuenta de su capacidad como constructor de historias. “Creo que una imagen vale más que mil expresiones. Para contar una historia, debemos tener en cuenta su carácter social”. Si en los tiempos de la raza humana se contaban historias dibujando en las paredes de las cavernas, hoy se tiene blogs, videos y podcasts. “La forma cambió, pero el trasfondo es precisamente el mismo”, muestra.

Un mensaje universal

¿Cuál es el ingrediente primordial de los videos de Zach? Podría deducirse que la magia, oséa, el aspecto sorpresa (y es que, ¿quién podría imaginar que un individuo se transformaría en un puñado de cacahuates?). Pero el emprendedor cree que éste no es el elemento más relevante de sus clips. “Todos mis videos cuentan historias con las que algún persona puede tener relaciones, abordan miedos o deseos comunes”, comparte.

Los videos de King se fundamentan en tres elementos: la curiosidad que se crea en los individuos, la universalidad –es decir, que sean aptos para todo público– y la cualidad de que sean contagiosos. “Antes de divulgar un video, siempre me pregunto: ¿lo compartiría la multitud?”.

Del hábito al negocio

“Considero que tengo el más destacable trabajo del mundo”, admite King. Y lo dice con toda la razón: su conjunto, conformado por siete amigos cercanos, trabaja con él en una vivienda ubicada en Los Ángeles, California. “Nada de estudios formales ni esas cosas”.

Cuando notó que sus videos poseían el potencial de transformarse en un negocio, comprendió la necesidad de ahondar en los puntos técnicos. “Para conseguir que los trucos de mi cabeza cobraran vida, estamos trabajando muy duro. Pasábamos bastante más de 18 horas cotidianas intentando de comprender los programas de edición para hacer efecto particulares. Grabábamos los videos una y otra vez”, enseña.

¿Cuál fue la inversión que requirió para empezar su negocio? Sólo su PC, los programas de edición y un smartphone. “Cualquiera con un Dispositivo móvil o una cámara de video podría llevar a cabo lo mismo. Para empezar no es requisito ahorrar bastante más de 200 dólares”.

Cuando consiguió un prominente número de seguidores en sus comunidades, las marcas han comenzado a contactarlo. Pero editar los seguidores en un negocio es especial. “Si no eres capaz, podrías exponerte y perder probabilidad. Piensa que hay una razón por la que te están siguiendo, y ésa es que estás realizando buenos contenidos. Los patrocinios son una aceptable forma de hacer monetizable a tus seguidores, pero siempre tienes que proteger el hecho de continuar provocando contenido real. Los individuos detectan inmediatamente la propaganda, y no la reciben de buena manera”, comparte.

King se ha aliado con marcas de la talla de Coca-Cola, Mac y Unilever para integrar productos en sus videos. “Para nosotros es considerable que esos clips logren coexistir con el resto de los videos de nuestro canal. Para que el product placement sea efectivo, los vines tienen que ajustarse a los intereses de nuestra audiencia”.